El uso de dispositivos móviles y tablets en los gobiernos está dando muchos quebraderos de cabeza.
Son motivo de gran preocupación ya que disponen de mecanismos como cámaras de fotos, micrófonos, localización GPS etc. y todos estos podrían ser usados por ciberespias para llevar a cabo intrusiones.
El gobierno del Reino Unido ha decidido prohibir los iPads entre sus ministros por temor al espionaje después de los datos que hemos tenido recientemente del caso NSA. Incluso les han pedido que guarden los móviles en cajas forradas con plomo para evitar estos problemas durante las reuniones oficiales.
Estas precauciones han sido llevadas a cabo desde que saltó la noticia de que el movil de la canciller Alemana Angela Merkel habia sido espiado por la NSA.
La semana pasada se supo que los delegados en la cumbre del G-20 en Rusia recibieron pendrives y cargadores de móvil con malware que podría estar enviando información sensible.
El presidente del consejo europeo Herman Van Rompuy, ordeno que se revisaran dichas memorias para ver que contenían.
El resultado fue impactante al conocer que los pendrives y los cargadores entregados eran capaces de capturar datos de los equipos y de los teléfonos móviles.
El problema con los moviles viene por la no-actualización de los mismos. Según algunos informes, el 44% de los usuarios de android aun siguen usando versiones obsoletas como la 2.3.3 o la 2.3.7, que fueron liberadas en 2011, con el conocido problema que ello conlleva.
A esto hay que sumar el incremento de "markets" no oficiales desde los que no hay ningún tipo de control para las aplicaciones y el riesgo de descargar aplicaciones con malware aumenta.
El principal problema relacionado con el uso de dispositivos móviles en el entorno del gobierno es que la mayoría de ellos no se han diseñado según las exigencias (en términos de seguridad) del los gobiernos.
Si a esto le añadimos que los hábitos de los usuarios no son los esperados, la situación se agrava.
akil3s (@1gbdeInfo)